El Madrid de Ullán
Un viaje literario y visual por la capital que vive a manos llenas
No sé por qué razón determinada, cada vez que llueve en Madrid creo estar presenciando una emocionante carrera de caballos.
Madrid ocupa un papel central en la obra de Ullán. Fue musa, escenario, argumento y, por encima de todo, el terreno de pruebas donde el joven escritor empezó a poner en práctica su madera de periodista. El trajín cultural de la capital le permitió conversar con los creadores más apreciados de la época, empaparse de la cultura naciente en teatros universitarios, estudiar las costuras del cine internacional censurado. Sus calles inspiraron conversaciones imaginarias con la diosa Cibeles, reflexiones sobre la brecha siempre creciente entre la urbe y el mundo rural. Y su vida, las infinitas vidas que coexisten en Madrid, fueron la inspiración de los muchos textos que brotaban de sucesos tan simples como una tormenta otoñal para crecer hacia una crónica social cada vez más afinada.
Un día de lluvia en las inmediaciones de la plaza de toros de las Ventas es precisamente la que alienta Pitonisa siglo XX, cuyas líneas iniciales encabezan este texto. Fue publicado el 5 de octubre de 1962 y narra un paseo durante el que el narrador llega hasta una joven pitonisa. Anunciada por su madre, la adivinadora lee los deseos de quienes pasan frente a ella y les regala las palabras exactas que quieren escuchar. La pieza, que es también el artículo inaugural de nuestra antología, es una puerta de entrada idónea a los intereses temáticos de Ullán: los ritmos de la ciudad, su contraste con Villarino, siempre presente, y esa voluntad humanista, casi fotográfica, de captar las vidas de las gentes con las que se cruza. En ellas detecta dicha, despreocupación, a veces descaro, a veces resignación, y muchas otras, como en Pitonisa siglo XX, un deseo de esperanza y de fe que el propio Ullán comparte a menudo con los personajes que esboza.
Siguiendo el mapa literario de Madrid que el salmantino ha dejado en herencia a sus lectores, hemos querido volver a esos rincones de la capital en los que Ullán se hizo Ullán.