Ullán en el exilio

Vivir a manos llenas
4 min readMar 27, 2022

--

Yo lanzo mi verso

como una llamada de lucha,

como una llamada de agitación…

El 22 de mayo de 1966 Ullán publicó en El Adelanto un artículo titulado La trinchera. La pieza, texto final de Vivir a manos llenas, toma su título de una revista poética creada ese año y de cuyo consejo de redacción formaba parte el salmantino. Con los versos de Mayakovski que encabezan estas líneas, Ullán resumía la «postura vivencial» de la publicación, que también tenía mucho de la postura vivencial del de Villarino. Fue el último proyecto que inició en España. Dos meses después de publicar aquel artículo, en julio, y aprovechando un permiso para viajar a París con motivo de un encuentro entre jóvenes poetas, se instaló en la capital francesa en calidad de refugiado político.

El exilio duró diez años, pero su presencia en la escena cultural española se mantuvo intacta. Durante este periodo comenzó a colaborar con publicaciones como la prestigiosa revista Ínsula, consagrada a la difusión de ensayos de humanidades y ciencia; la poética Trece de Nieve o la cultural y política Triunfo, todas ellas afines a la izquierda.

Tuvo, además, sus primeras experiencias como reportero y locutor de radio gracias a la emisora pública francesa (L’Office de Radiodiffusion-Télévision Française) donde cada noche, a las once, daba el parte cultural en el programa France Culture. Su voz llegaba también a los oídos españoles a través de la popular Radio París, que escuchaban a escondidas quienes buscaban la información oculta por la censura franquista.

En Radio París, Ullán encuentra una vía para seguir dando rienda suelta a sus intereses culturales y ampliando su red de contactos con los autores y pensadores más reconocidos del momento. Gabriel García Márquez, Severo Sarduy o Mario Vargas Llosa son solo algunas de las imponentes figuras con las que Ullán se codea en el espacio sonoro, tal como recuerda en este artículo Miguel Cancio, profesor durante más de 40 años en la Universidad de Santiago de Compostela y estudioso de la vida y obra del escritor.

Carta de Octavio Paz a José-Miguel Ullán, diciembre de 1967, Archivo Lafuente

Lejos de los micrófonos también cultiva amistades enriquecedoras, muchas de ellas gracias a la mediación de José Ángel Valente, residente en Oxford desde 1955 y funcionario de la ONU en Ginebra desde el 58. Fue allí, en la capital Suiza, donde Ullán conoció — por mediación de Valente — a María Zambrano, con la que desarrolló desde el principio una relación de profundo respeto y admiración intelectual. Las reflexiones de Zambrano sobre el exilio marcaron mucho al propio Ullán. Meses antes de fallecer, el salmantino terminó Esencia y hermosura, una antología de la obra de Zambrano que realiza para Galaxia Gutenberg y en cuyo prólogo rememora algunos de esos pensamientos:

«En 1986, ya asentada en Madrid, cuenta cómo logró volver: “Yo vine, para poderlo soportar, mirando la luz. Cuando, por una luz anaranjada supe que ya sobrevolaba España, entonces, sí, entonces me dio un vuelco el corazón. […] Fuera de mí [España] no ha estado nunca. Yo dentro de ella no he podido estar. Es una situación paradójica, que yo ahora espero que deje de serlo. No borrar lo que ha sido, no borrar el exilio, quizá seguir siendo exiliada en España sería una gran hazaña, digo yo, moral”».

El exilio despierta en Ullán una infinidad de emociones sobre las que reflexiona consigo mismo y con otros intelectuales, y que quedan inevitablemente reflejadas en su producción artística de esos años, a veces como combustible creativo y otras como frustración a la que necesita dar salida. Ese contenido político y los experimentos formales del salmantino (en su poesía, en su prosa, en sus agrafismos) han llevado a muchos estudiosos a enclavarle en la generación del 68.

“Recordar es vivir”, tinta sobre papel, ca. 1970, Archivo Lafuente

A lo largo de su década parisina publicó dos libros de poesía: Mortaja (1970) y Maniluvios (1972), que la editorial Galaxia Gutenberg recuperó en 2008 en la antología Ondulaciones junto con buena parte de su producción poética. Y exploró también las posibilidades del collage, el dibujo con pluma y la maquetación creativa de libros. Toda una actividad artística con la que articuló un discurso propio, irrepetible, sobre eso que llamaba la «fuga para siempre», la «libertad cautiva».

Testamento

la voz es voz

hiciera

añicos las palabras redentoras

… la quijada blandida,

la mueca de tu hermano,

la saliva secreta, la agonía

capaz, de darte posesión primera,

última ya (oh cuerpo ensangrentado),

herencia de este salmo, tierra ajena,

fuga para siempre, libertad cautiva…

la voz es voz

no existe

no existe aroma nuevo

cerrad mis párpados

Testamento, poema extraído del libro Mortaja (1970)

Manuscrito de “Mortaja”, ca. 1970, Archivo Lafuente

--

--

Vivir a manos llenas
Vivir a manos llenas

Written by Vivir a manos llenas

0 Followers

«Vivir a manos llenas. Periodismo de juventud», José-Miguel Ullán. Próximamente en librerías. linktr.ee/ullan.viviramanosllenas

No responses yet